Las Varices y Su Importancia Médica
Las varices son venas hinchadas y dilatadas que suelen tener un aspecto azul o morado oscuro. Se producen cuando las válvulas de las venas se debilitan, haciendo que la sangre fluya en sentido contrario y se acumule en las venas. Las varices pueden afectar a cualquier parte del cuerpo, pero son más frecuentes en las piernas. Daremos un repaso a los tipos de varices y su importancia médica.
Hay tres tipos principales de varices: las arañas vasculares o telangiectasias, las varices reticulares y las varices tronculares. Las arañas vasculares son un problema superficial cerca de la piel, pero las varices reticulares y tronculares pueden estar en un plano más profundo.
Las arañas vasculares aparecen como finas líneas rojas o azuladas en la piel, y son más frecuentes en las piernas, los pies, la cara y el pecho. Las varices reticulares tienen un color que va del azul al morado y parecen una versión más grande de las arañas vasculares. Las varices tronculares son grandes y abultadas, y parecen más prominentes que otros tipos de varices (Figura 1).
Las varices pueden provocar algunas molestias, como dolor, hinchazón o picor alrededor de la zona afectada; sin embargo, no suelen causar problemas médicos graves. Pero si no se tratan durante mucho tiempo, pueden surgir complicaciones más graves. Entre ellas, coágulos de sangre (tromboflebitis), hinchazón del miembro, manchas y cambios en el tejido subcutaneo que a la larga culminarán en una úlcera de muy dificil tratamiento (Figura 2).
Es importante ser consciente de las posibles complicaciones de las varices y acudir a su especialista vascular si te preocupan. Ciertos factores de riesgo, como la edad, los antecedentes familiares, estar de pie o sentado mucho tiempo, la falta de actividad física y la obesidad, pueden aumentar tus probabilidades de desarrollar varices. Tu angiólogo puede sugerirte cambios en el estilo de vida o incluso tratamientos específicos para reducir el riesgo.
Arañas Vasculares
Las arañas vasculares o telangiectasias son pequeños vasitos de color rojo, morado o azulado en la superficie de la piel que se asemejan a lo que su nombre indica, una telaraña. En general se trata de una afectación meramente estética en su gran mayoría pueden tratarse con tratamientos láser y escleroterapia. Los tratamientos con láser utilizan pulsos intensos de luz para cerrar las venas pequeñas, mientras que la escleroterapia consiste en inyectar una solución en las venas que hace que se colapsen y acaben desapareciendo.
Las arañas vasculares son muy frecuentes y no suelen requerir atención médica; sin embargo, pueden causar diversos síntomas y deben ser revisadas por un especialista vascular si te preocupan. En casos mas antiguos y en personas mayores pueden evolucionar a cuadros con sangrados muy impresionantes cuando abultan en la piel y se vuelven brillantes (perlas varicosas). En estas situaciones está indicado el tratamiento no estético puesto que se trata de una complicación potencialmente grave (Figura 3).
Varices Reticulares
Las varices reticulares son más grandes que las arañas vasculares y suelen ser azules o moradas. Estas venas están a mayor profundidad bajo la piel y pueden causar más molestias que las arañas vasculares, como dolor, hinchazón, ardor, hormigueo y pesadez en la zona afectada. Además de esta sensación incómoda, estas venas dilatadas pueden inducir cambios en el tejido subcutáneo como dermatitis varicosa y cambios de coloración.
Se trata de una condición a medio camino entre estética y una cuestión de salud y su tratamiento suele recomendarse si causan molestias físicas o preocupaciones estéticas. Si se opta por no tratarlas pueden evolucionar y crecer hasta convertirse en varices tronculares (mas grandes y abultadas). Las opciones terapéuticas varían según la gravedad del caso, y pueden incluir tratamientos con láser, escleroterapia o microcirugía de varices.
Varices tronculares
Las varices tronculares son más grandes que las venas reticulares y su aspecto puede ser bastante llamativo. Estos vasos dilatados están situados a mayor profundidad bajo la piel y pueden causar dolor al tocarlos. Como ocurre con otros tipos de varices, es importante acudir a un especialista para que las evalúe adecuadamente y trace un plan de tratamiento. Aquí sí hay indicación clara de tratamiento.
Las opciones de tratamiento en las varices tronculares son diversas y dependen de la complejidad del caso. Entre ellas están los tratamientos con láser, la radiofrecuencia, la escleroterapia o el pegamiento de cianoacrilato. Cada paciente debe ser evaluado por un especialista vascular para determinar la mejor opción para su enfermedad (Figura 4).
Las varices pueden ser incómodas y antiestéticas; sin embargo, con un diagnóstico y tratamiento adecuados, no tienen por qué convertirse en una fuente de preocupación o vergüenza. Si te preocupan tus varices, es importante que hables con tu especialista vascular, que te aconsejará y te ayudará a encontrar alivio para esta afección.
Es importante saber que solo el especialista en angiología y cirugía vascular podrá aconsejarte sobre cambios en el estilo de vida o tratamientos que pueden ser beneficiosos, si tienes síntomas relacionados con las varices.